La noche de todos los santos es un cortometraje sin ánimo revanchista, en el que se huye de la demonización y los prejuicios, pero en el que se evidencia una insostenible injusticia histórica que un país democrático y libre no puede permitir sin traicionar los ideales de su convivencia.

Narrativamente es un thriller político-fantástico con varias subtramas y un ritmo en vertiginoso ascenso hasta el desenlace final: nítido, sin ambigüedades, y fuertemente connotativo.

Un argumento coral que debe trascender el intenso peso de la intriga mediante un tono que vaya imprimiendo una progresiva huella emocional en la que confluya la ironía, el lirismo, el conflicto individual y colectivo y la justicia histórica.

Visualmente es una mezcla entre el formato de información urgente de las precipitadas imágenes televisivas y la composición más sosegada de algunas de las subtramas en las que lo fantástico, lo trágico y lo poético integren un conjunto equilibrado.